"Si bien buscas, encontrarás", expresaba Platón, y nosotros podemos agregar: "Si bien filtras, encontrarás información verdaderamente valiosa en la Red; te permitirá enriquecer tus producciones que luego podrás compartir".
El exceso de información existente en Internet es un fenómeno que afecta a todos los usuarios de Internet en mayor o
menor medida, fruto de la desestructuración innata e incontrolable, que abarca informaciones duplicadas (en distintos idiomas, proliferación de CopyPaste, indexación de motores, etc...), información fragmentada ó ampliada ubicada en diferentes lugares, personalización ó libre interpretación que en ocasiones realizamos sin la debida verificación, desinformación interesada,...
Para analizar debidamente este problema, ya en 1970 Alvin Toffler acuñó la expresión “sobrecarga informativa” (information overload) en su libro “Future Shock”, y Alfons Cornella (fundador y presidente de Infonomía) introdujo en 1996 el término Infoxicación, amalgama de las palabras información e intoxicación, evidenciando lo poco que sabemos acerca de qué es la información y sobre cómo manejarla. Otros autores afirman que la infoxicación es la enfermedad de la sociedad digital de principios del siglo XXI, impulsada por Google, las redes sociales, y más recientemente la Internet de las cosas, llegando a causar sensación de angustia y frustración de no poderla abarcar ni gestionar y, por tanto, llegar a generar una gran angustia.
Este último fin de semana de Septiembre hemos asistido al Agotamiento de las direcciones IPv4 en los registros para América (ARIN), y estamos próximos a que suceda lo mismo en Europa (RIPE). Estaríamos hablando de unos 4.000 millones de direcciones IP, que con mayor ó menor acierto manejan los motores de búsqueda en Internet. Todo un exceso información, que nos puede paralizar ó frenar nuestro avance hacia los objetivos que nos hemos propuesto, por mera saturación
informativa.
Así pues, debemosaprender a controlar el flujo de informaciones. Debemos aprender que Google no es una fuente, ni el autor de la información. Cuando buscamos información en
Google nos devuelve cientos de miles de resultados, repetidos, en múltiples idiomas, no contrastados, etc... Son miles de
impactos informativos que no tenemos capacidad de procesar, ante los que reaccionamos de distintas maneras. Es habitual hacer una lectura rápida y superficial del material,
la información “vuela” o satura nuestra capacidad de
digerirla con un resultado nulo. En otras ocasiones preferimos acumular la información que nos parece relevante para “leerla más adelante”. Nuestros ordenadores o archivadores se llenan de páginas y páginas a las que seguramente nunca volveremos. “Sufrimos una especie de Síndrome de Diógenes informativo”.
La cuestión es ser consciente de cuál es nuestra información crítica, aquello de lo que no podemos no estar informados y luego saber buscar, es decir, aprender a formular las preguntas correctas y conocer cuáles son las fuentes adecuadas, dónde debemos buscar.
Alfons Cornella sugiere dividir la información literalmente en tres grandes partes:
- información fatal, aquella que no nos interesa en absoluto porque no tiene nada que ver con los temas que tratamos;
- información interesante, aquella que en algún momento puede interesarnos;
- información necesaria, aquella que nos es realmente útil.
En síntesis, para continuar con nuestro proceso de formación continua, debemos tener claro acerca de qué debemos estar informados, saber dónde buscamos la información y cómo hacerlo.
BIENVENIDOS a este espacio en el que iremos plasmando las actividades del MOOC "Encontrando tesoros en la Red". Mi nombre es Miguel, un viejo autodidacta de TIC, desde que un fatídico día (en los primeros años 80) conocí las extrañas palabras BASIC y MS-DOS. Han habido muchas etapas en el tiempo transcurrido, y hoy me encuentro frente a un blog creado
para crecer en el conocimiento, y aprender a poner orden en todo el bagaje acumulado.